domingo, 24 de mayo de 2009

Deficiencia auditiva

Con el tiempo, una exposición excesiva a los ruidos fuertes puede dar lugar a una afección denominada pérdida auditiva inducida por el ruido (PAIR). Entre los adolescentes, uno de los grandes culpables del ruido son los reproductores de música. Los videojuegos, las televisiones, el tráfico y algunas máquinas y aparatos eléctricos también pueden crear un entorno excesivamente ruidoso para cualquier persona. De hecho, muchos expertos creen que estamos perdiendo la audición a edades más tempranas que hace tan solo treinta años.


Además de la pérdida auditiva inducida por el ruido, hay otros tipos de deficiencias auditivas que pueden afectar a los adolescentes. Sin embargo, a diferencia de la pérdida auditiva causada por el ruido, esos tipos de sordera no pueden prevenirse.

Algunas personas nacen con deficiencias auditivas, y los niños y adolescentes pueden perder audición por muchas razones. ¿Qué ocasiona las deficiencias auditivas y cómo se vive sin poder oír nada en un mundo sonoro?



Cómo oímos

Piensa en cómo vibran los altavoces de tu equipo de música o cómo te vibra la garganta cuando hablas. El sonido, que está formado por ondas de energía invisibles, es el causante de dichas vibraciones.

La audición comienza cuando las ondas sonoras que viajan por el aire llegan al oído externo o pabellón auricular (también, oreja), que es la parte del oído que podemos ver. Después, las ondas sonoras viajan desde el pabellón auricular, a través del conducto auditivo, hasta llegar al oído medio, que incluye el tímpano (una fina capa de tejido) y tres diminutos huesos denominados huesecillos. Cuando el tímpano vibra, los huesecillos amplifican dichas vibraciones y las transmiten al oído interno.

El oído interno está formado por una cámara en forma de caracol denominada cóclea, que está llena de líquido y recubierta de miles de diminutas células ciliadas. Cuando las vibraciones recorren dicho fluido, las diminutas células ciliadas las convierten en impulsos eléctricos nerviosos y los envían al nervio auditivo, que conecta el oído interno con el cerebro. Cuando esos impulsos nerviosos llegan al cerebro, son interpretados como sonidos.


Puede parecer que el proceso es largo, pero ocurre casi al instante. Suena la campana de la escuela y sabes que tienes que ir a la siguiente clase. Suena el teléfono y, automáticamente, contestas. Oyes una pregunta y la respondes inmediatamente. Pero, en realidad, cuando oyes un sonido, las diversas estructuras del oído tienen que funcionar conjuntamente para asegurarse de que la información llegue a tu cerebro.




¿Qué es una deficiencia auditiva?

Una deficiencia auditiva se produce cuando existe un problema o daño en una o varias partes del oído.
  • La sordera de transmisión es consecuencia de un problema en el oído externo o medio, incluido el conducto auditivo, el tímpano o los huesecillos. Cualquier obstrucción o problema estructural afecta a la transmisión del sonido en el oído, haciendo que los niveles sonoros parezcan inferiores. En muchos casos, se puede corregir la sordera de transmisión con medicamentos o cirugía.
  • La sordera neurosensorial es consecuencia de daños en el oído interno (cóclea) o en el nervio auditivo. La persona tiene dificultad para oír con claridad, entender el discurso e interpretar diversos sonidos. Este tipo de sordera es permanente. Se puede tratar con audífonos o, en casos graves, realizar un implante coclear.
  • La sordera mixta se produce cuando alguien presenta problemas auditivos tanto de transmisión como neurosensoriales.

El grado de deficiencia auditiva puede variar mucho dependiendo de la persona. Algunas personas padecen sordera parcial, es decir, su oído puede captar algunos sonidos; otras sufren sordera total, lo que significa que el oído no oye nada (a las personas con sordera total se las considerada sordas). Pueden tener afectados uno o ambos oídos y la deficiencia puede ser peor en un oído que en el otro.

También puede variar el momento en que se produjo la pérdida auditiva. La sordera congénita está presente en el momento del nacimiento o se produce en los primeros días de vida. La sordera adquirida se origina más tarde ―en la infancia, la adolescencia o la edad adulta― y puede ser súbita o progresiva (se produce poco a poco, con el transcurso del tiempo).

¿Qué origina una deficiencia auditiva?

La causa más común de sordera de transmisión en niños y adolescentes es la otitis media, término médico utilizado para referirse a una infección que afecta al oído medio. Las infecciones de oído hacen que se acumule fluido o pus detrás del tímpano, lo que puede impedir la transmisión del sonido. Incluso después de que mejore la infección, es posible que el fluido permanezca en el oído medio durante semanas o incluso meses, dificultando así la audición. Pero este fluido suele ser temporal, y tanto si desaparece por sí solo (que suele ser el caso) como si lo hace con la ayuda de medicamentos, una vez ha desaparecido, la capacidad de audición de la persona vuelve a ser normal. Las obstrucciones que se producen en el oído, como objetos extraños, cerumen o suciedad impactada, o el fluido que aparece como consecuencia de resfriados y alergias, también pueden causar sordera de transmisión.

La gente también puede adquirir sordera de transmisión cuando tiene dañadas partes importantes del oído: el tímpano, el conducto auditivo o los huesecillos. Por ejemplo, un desgarro o agujero en el tímpano puede afectar a su capacidad para vibrar adecuadamente.

Algunas de las causas de dicho daño pueden ser: introducir demasiado un objeto, como un bastoncillo de algodón, en el oído, una explosión repentina o ruido estridente, un cambio brusco de presión atmosférica, un traumatismo craneal o constantes infecciones de oído.

La sordera neurosensorial es consecuencia de problemas o daños en el oído interno o en el nervio auditivo. Algunas de sus causas son:

  • Trastornos genéticos. Algunos trastornos genéticos (heredados) afectan al correcto desarrollo del oído medio y del nervio auditivo.
  • Lesiones en el oído o en la cabeza. Las lesiones, como por ejemplo las fracturas craneales, pueden ser causa de sordera.
  • Complicaciones durante el embarazo o el nacimiento. Algunos bebés nacen con alguna deficiencia auditiva como consecuencia de infecciones o enfermedades que sufrió la madre estando embarazada, lo que puede afectar al desarrollo del oído medio. Los bebés prematuros también presentan un mayor riesgo de sufrir deficiencias auditivas.
  • Infecciones o enfermedades. Determinadas afecciones, como infecciones de oído constantes, las paperas, el sarampión, la varicela y los tumores cerebrales, pueden dañar las estructuras del oído interno.
  • Medicamentos. Determinados medicamentos, como algunos antibióticos y fármacos de quimioterapia, pueden causar sordera.
  • Ruidos fuertes. Un fuerte y repentino ruido o una continua exposición a altos niveles de ruido pueden causar daños permanentes a los diminutos pelos de la cóclea, por lo que dejarán de transmitir sonidos tan eficazmente como antes.


¿Cómo la diagnostican los médicos?

La sordera puede ser difícil de diagnosticar en bebés y niños pequeños porque aún no han desarrollado habilidades de comunicación. A menudo, se somete a los bebés a una revisión médica antes de abandonar el hospital para comprobar si presentan pérdida auditiva. A veces, puede que los padres noten que el bebé no reacciona a ruidos fuertes o al sonido de voces.

Determinados síntomas en adolescentes deberían motivar una visita al médico. Según la Asociación Estadounidense del Habla, Lenguaje y Audición, deberías informar a los padres o médico si:

  • Crees que la gente habla entre dientes o no habla claro, o si solo oyes partes de la conversación cuando los demás están hablando.
  • Sueles pedir a la gente que repita lo que ha dicho.
  • Tus amigos y familiares te dicen que parece que no oyes muy bien.
  • No te ríes de los chistes porque no oyes gran parte de la historia.
  • Tienes que pedir información sobre una clase o reunión a la que has asistido.
  • La gente dice que pones la música o la tele demasiado alta.
  • No oyes el timbre de la puerta o el teléfono.

Normalmente, el médico examina los oídos y, si es necesario, remite a quien presente estos síntomas a un audiólogo, un profesional de la salud especializado en diagnosticar y tratar los problemas de audición. El audiólogo realizará varias pruebas auditivas que pueden ayudar a detectar el problema. Por ejemplo, para comprobar el funcionamiento del oído interno, puede que el audiólogo coloque detrás de la oreja un dispositivo especial que transmite tonos directamente a esa zona. Eso ayuda a distinguir los problemas del oído interno y medio o los del externo.

También es posible que una persona tenga que acudir al otorrinolaringólogo, médico especializado en problemas de oído, nariz y garganta.


¿Cómo se trata?

El tratamiento de la sordera depende de la causa de dicha deficiencia. Puede consistir en extraer del oído la cera o suciedad o en tratar una infección subyacente. Si existen daños o algún problema estructural en el tímpano o en los huesecillos, la cirugía puede ayudar a corregirlo. Si el problema está en la cóclea o en el nervio auditivo, puede que se aconseje el uso de audífonos o la realización de un implante coclear.

Los audífonos pueden ser de varios tipos, se ajustan en el interior o detrás del oído y hacen que los sonidos se oigan más altos y más claros. Los ajusta un audiólogo de modo que el sonido que le llega se intensifique lo suficiente como para permitir que la persona lo oiga con claridad. A veces, la sordera es tan grave que ni el audífono más potente puede amplificar el sonido lo suficiente. En tales casos, puede que se recomiende la realización de un implante coclear.

Los implantes cocleares son dispositivos implantados quirúrgicamente que bordean el oído interno dañado y envían las señales directamente al nervio auditivo. Detrás del oído, un pequeño micrófono capta las ondas sonoras y las envía a un receptor que se ha colocado bajo el cuero cabelludo. Dicho receptor transmite los impulsos directamente al nervio auditivo. Las señales son percibidas como sonidos y hacen que la persona oiga.

Dependiendo de si la persona ha nacido sorda (sordera congénita) o si pierde la audición más adelante (tras haber aprendido a oír y hablar, conocida como sordera postlocutiva), los médicos determinarán qué tipo de terapia necesitará la persona para aprender a usar el implante con eficacia. Muchas personas con implantes aprenden a oír sonidos con normalidad e, incluso, usan el teléfono.
Más de 65.000 personas en todo el mundo han recibido implantes cocleares y, aproximadamente, un tercio son niños.

Puede que algunos pacientes con sordera y sus familiares decidan que no quieren recuperar la audición. Ocurre, sobre todo, con niños de padres con deficiencias auditivas que quieren que sus hijos sean capaces de desenvolverse en la comunidad sorda. El lenguaje utilizado por la comunidad sorda es el lenguaje estadounidense de signos (ASL, por sus siglas en inglés). El ASL es un sistema de gestos que utilizan muchos sordos y personas con deficiencias auditivas para comunicarse.


¿Puedo prevenir la deficiencia auditiva?

La mayoría de los casos de pérdida auditiva o sordera no son evitables. La única que puede prevenirse es la pérdida auditiva inducida por el ruido. Puedes tomar algunas medidas para reducir el riesgo de padecer este tipo de sordera.

La intensidad del sonido se mide en unidades denominadas decibelios y cualquier sonido que supere los 80 decibelios está considerado peligroso cuando nos exponemos a él de forma prolongada. Incluimos entre estos la música, las sirenas y los motores ruidosos, y las herramientas eléctricas, como los martillos perforadores y los aspiradores de hojas.

Para reducir el riesgo de sufrir daños auditivos permanentes, puedes:

  • bajar el volumen del estéreo, la televisión y, sobre todo, de los auriculares de tu reproductor de música. Si un amigo que está a unos tres pies de ti (aproximadamente un metro) puede oír la música que escuchas, está lo suficientemente alta como para causar daños auditivos.
  • llevar tapones para los oídos si vas a un concierto u otro evento ruidoso (a pesar de todo, oirás la música). Es buena idea llevar orejeras especiales si vas a utilizar un cortacésped o un aspirador de hojas o de nieve. (El algodón en el oído no proporciona la protección suficiente).
  • ir al médico inmediatamente si sospechas que tienes cualquier problema de audición y hacerte pruebas auditivas con regularidad.


¿Cómo viven las personas con deficiencias auditivas?

Para las personas que pierden la audición tras aprender a hablar y oír, la adaptación puede ser difícil porque oír ha sido un aspecto esencial de su comunicación y sus relaciones. La buena noticia es que las nuevas tecnologías están haciendo posible que haya más adolescentes sordos que estudien y participen en actividades con compañeros que sí pueden oír. Algunas de esas tecnologías son: los audífonos programables, que los adolescentes pueden ajustar según el entorno; los sistemas FM, que incluyen un micrófono/transmisor para el maestro y un receptor para el estudiante; los implantes cocleares; los videos subtitulados en tiempo real; y el software de reconocimiento de voz, que puede ser de ayuda para tomar apuntes.

Muchos adolescentes sordos leen los labios y utilizan el ASL y, en algunos casos, quizás haya un intérprete en clase que traduzca el lenguaje oral. Es posible que algunos adolescentes asistan a otra escuela o a clases especiales ofertadas en una escuela pública. Y para las personas con deficiencias auditivas que quieren ir a la facultad, muchas universidades de los Estados Unidos satisfarán sus necesidades. Hay una universidad, la Gallaudet University, en Washington, DC, que está totalmente especializada en estudiantes con deficiencias auditivas.

En casa, suelen ser útiles los dispositivos, como por ejemplo los televisores con subtítulos, las luces que se encienden de forma intermitente cuando suena el timbre de la puerta o el teléfono, y los teléfonos con pantallas de lectura digital (denominados dispositivos de telecomunicaciones para sordos o TDDs, por sus siglas en inglés). Los familiares y amigos de personas que usan el ASL o leen los labios pueden ser de ayuda si aprenden a usar el lenguaje de signos o, si la persona lee los labios, hablan despacio y cara a cara.

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