domingo, 3 de mayo de 2009

Violencia en las aulas


Uno de cada cuatro profesores sufre violencia en las aulas


Las escuelas públicas se han convertido en un auténtico territorio comanche para los profesores.
Los autores de las agresiones son los alumnos, en el caso de los institutos, y los padres de los niños, en los centros de primaria.

Unos 11.000 educadores de la Comunidad de Madrid (uno de cada cuatro), han sido víctimas directas de hostigamientos, insultos y agresiones físicas en las aulas.
Son los datos de un estudio elaborado por el equipo de investigación Cisneros, que estima que los resultados del análisis pueden ser extrapolables en cualquier otra comunidad educativa.

Los autores de la mayoría de los actos violentos contra los maestros son sus alumnos, especialmente en los institutos. Pero en las escuelas de primaria, los agresores son los padres, según el estudio.
Un 60% de los encuestados han sido víctimas de agresiones verbales habituales; uno de cada diez, de agresiones físicas y robos, y uno de cada seis, de intimidaciones.

Los autores dejan claro que ni la presencia de inmigrantes ni los colectivos socialmente desfavorecidos ni la falta de recursos económicos son causas de la violencia en las aulas.
Sí lo son, en cambio, el abandono de los padres y la incapacidad sancionadora de los maestros.
El estudio Cisneros se hizo a través de 6.000 encuestas a las que respondieron entre marzo y abril más de 2.000 profesores de 237 centros.

Estas son algunas de las situaciones conflictivas a las que los profesores de enseñanza pública se enfrentan con mayor fracuencia:
-Algunos jóvenes provocan situaciones en clase que logran acabar con la paciencia del profesor. Cuando se producen estos episodios, los alumnos los graban a través del móvil.
Luego reproducen las imágenes en Internet, según los datos que recoge el teléfono de atención a profesores, que se puso en marcha el pasado noviembre.
-Un alumno se levanta de repente y comienza a gritar en medio de la clase o a interrumpir reiteradamente al profesor.
-Otro acude al aula con cascos, y cuando el responsable de la clase le pide que se los quite, éste no se limita sólo a desobedecer, sino que también se atreve a subir mucho más el volumen de la música.
-Los enfrentamientos verbales van en aumento. El alumno profiere insultos y cuando el profesor le llama la atención por su conducta, éste, agresivo, se atreve a amenazarlo: «Ten cuidado con lo que dices».
Los profesores a veces se sienten indefensos, pues en muchas ocasiones la sanción tarda en llegar o a veces ni siquiera llega.
-Los profesores víctimas de violencia en las aulas tienen que soportar la burla de la clase cuando alguno le lanza tizas o bolas de papel mientras escribe en la pizarra.
-Pero las agresiones pueden ir más allá: ha habido casos de educadores que han sido empujados por las escaleras o que han recibido patadas de sus estudiantes.

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